Yogur



Este producto nos provoca muchas dudas. La primera es ¿cómo narices se escribe? Yogurt, yogur, yougurt… Según la RAE: yogur (Del fr. yogourt, y este del turco yoğurt).

La segunda: ¿por qué nos dicen que el yogur previene o disminuye la incidencia de algunas enfermedades infeccionas del tracto respiratorio? Entendemos que el yogur es un derivado lácteo que, en su fermentación, produce unas bacterias (Lactobacillus bulgaricus y Streptococus thermophylus) que, ingeridas por el ser humano, ayudan a que el intestino mantenga su flora intestinal (nuestras propias bacterias) en perfecto estado. Vale. Sumamos bacterias a nuestro intestino para que la digestión mejore. Hasta aquí es fácil de entender. Es un producto ideal para aquellos que tengan que tomar antibiótico porque este medicamento se lleva por delante a todas la bacterias, hasta la que tenemos en el intestino y nos ayudan a digerir.

Pero ¿las enfermedades del tracto respiratorio? Viendo a Lola Herrera abrigada con una bufanda parece que el Actimel (que es un yogur con más bacterias que el yogur normal) proteja del frío. Y es que parece que hay algunos estudios que han demostrado que disminuye y previene algunas enfermedades del tracto respiratorio superior. (Por cierto, ¿no estaba prohibido que famosos recomendaran productos por sus beneficios nutricionales? Ah, ¡que Actimel es de Danone que todo lo puede! )

Lo que está claro es que, como producto lácteo que es, aumenta la absorción del calcio, que los especialistas como los de la FESNAD (Federación Española de Sociedades de Nutrición y Dietética) dicen que es básico para el desarrollo del tejido óseo durante el crecimiento y para atenuar su pérdida a lo largo de la vida.

También, para los que, como a nosotras, la leche nos sienta como una patada en el higadillo, es una buena solución, ya que tiene menos lactosa que la leche.

Según nuestro maestrillo, el Dr. Jesús Llona, “lo que sí es cierto que se digiere mejor que cualquier otro derivado lácteo, contiene proteínas predigeridas, vitaminas del grupo B, calcio, fósforo, pero de panacea universal nada de nada. Las tesis de Metchnikoff, un investigador ruso que afirmaba que la vida de los que tomaban yogur a diario era más larga, no fueron jamás probadas. Pero favorece la regulación de la flora intestinal, facilita la digestión y asegura una rápida asimilación del calcio y fósforo, durante sus 24 días de vida. El yogurt también diurético y ligeramente laxante.


Pues ahí os lo dejamos. Y para el frío, mejor os ponéis un gorro y un jersey.

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