Estuvimos en Planta Baja las dos blogueras dicharacheras en diferentes momentos. A las mayores las trataron mejor que a las jóvenes. Esta versión, lamentablemente, es la de las jóvenes.
El sitio es muy chulo, pero para entrar tienes que investigar un poco. Desde aquí les recomendamos que inviertan en cartelería y, ya puestos, les también recomendamos https://www.sprintcopy.com/
Una vez dentro (aparecimos en la cocina) no había más que dos personas en el restaurante y nos hicieron esperar unos 10 minutos para darnos una mesa, a pesar de haber reservado. Ante nuestra sorpresa nos llevaron a una mesa y luego nos dijeron que allí no.
Por fin nos sentamos y pudimos pedir. No son extremadamente rápidos ni se matan de amables. Con las mayores, en cambio, sí fueron amables e incluso pudieron cambiar de mesa.
En fin, que probamos varias cosas de primero: la escalivada (que lleva anchoa y no lo dicen, cosa que deberían hacer) que estaba bastante buena, con la berenjena ahumada; las croquetas, que son gigantes (las llaman croquetones) y no nos gustaron nada porque tienen unos trozos enormes de carne; y las bravas que están muy buenas y muy bien presentadas.
De segundo pedimos unos buenísimos rigatoni de pato y un bacalao que estaba exquisito pero las lentejas que lo acompañaban estaban duras. No sabemos si es una cocción moderna o errónea... Ni idea.
De postre pedimos lemon pie y la tarta tatin que estaban ambos exquisitos. Con vino, pan con tomate y cafés nos costó 50€ por barba.
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