El restaurante que nos ocupa se llama Tres Macarrons y no tiene tres estrellas pero alguna podría tener…
La comida exquisita, el local está muy bien y tanto dueño como equipo son muy
amables y serviciales. Un gustazo.
Nuestra recomendación es: imprescindible probar los bombones de foie, la cansalada confitada con rossinyols y, sobre todo, su arroz con cigalas. Lo sirven el paella grande porque sólo hay un dedo de arroz y las cigalas abiertas por encima (te preguntan si las quieres crudas, al dente o hechas). Es impresionante.
Los postres son de primera y la presentación de los platos espectacular.
No es barato pero vale la pena probarlo.
A nosotros nos costó 50 euros por persona pero tomamos un vino un poco caro (un día es un día).
A nosotros nos costó 50 euros por persona pero tomamos un vino un poco caro (un día es un día).
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