En La Pepita hay tapas y bocadillos originales, y millones de guiris probando. Creo que, cuando fuimos, éramos las únicas locales.
Pedimos dos bocatas: Pepita de ternera y de butifarra con calabacines y espárragos a la plancha, que no estaban mal. También unas cuantas tapas:croquetón ibérico (psé), calamares a la romana con salsa de kimchi... normalito, bravas con demasiada salsa (ración muy abundante que no nos pudimos acabar), buñuelos de berenjena ahumada con queso de cabra, miel y manzana, que no estaban mal, y unas alcachofas con setitas que no emocionaron a nadie.
De postre nos tomamos un Dalky, que siempre es de reconocer el prestigio de este postre que tanto nos gustaba en la infancia. Era una bomba.
Muy buenos los nombres de los platos como el McPepita que, evidentemente, es una hamburguesa o la ensaladilla pepitovska, que es rusa. También dejan a la gente escribir en la pared y está lleno de gente subida a una silla para dejar su firma allí. El ser humano... es extraordinario.
Cenamos, con botella de vino blanco a precio razonable, por 25€ por cabeza. Un precio correcto.
En La Pepita no reservan, así que hay cola en la puerta, lo cual, para los que somos gente organizada, es un rollo importante. Así que nos costará volver. Tendrán que facilitarnos un poco las cosas.
La Pepita está en la calle Còrsega 343 y su teléfono es 932384893.
Su web es esta: http://www.lapepitabcn.com/
Pedimos dos bocatas: Pepita de ternera y de butifarra con calabacines y espárragos a la plancha, que no estaban mal. También unas cuantas tapas:croquetón ibérico (psé), calamares a la romana con salsa de kimchi... normalito, bravas con demasiada salsa (ración muy abundante que no nos pudimos acabar), buñuelos de berenjena ahumada con queso de cabra, miel y manzana, que no estaban mal, y unas alcachofas con setitas que no emocionaron a nadie.
De postre nos tomamos un Dalky, que siempre es de reconocer el prestigio de este postre que tanto nos gustaba en la infancia. Era una bomba.
Muy buenos los nombres de los platos como el McPepita que, evidentemente, es una hamburguesa o la ensaladilla pepitovska, que es rusa. También dejan a la gente escribir en la pared y está lleno de gente subida a una silla para dejar su firma allí. El ser humano... es extraordinario.
Cenamos, con botella de vino blanco a precio razonable, por 25€ por cabeza. Un precio correcto.
En La Pepita no reservan, así que hay cola en la puerta, lo cual, para los que somos gente organizada, es un rollo importante. Así que nos costará volver. Tendrán que facilitarnos un poco las cosas.
Su web es esta: http://www.lapepitabcn.com/
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