Situado en el barrio de Sarriá Sant Gervasi de Barcelona, muy cerca de la Pza. Molina, encontramos este restaurante de cocina catalana y española con toques orientales. Decoración muy original y ambiente relajado en una calle muy tranquila. El servicio muy amable y atento.
Compartimos todos los platos: Tiradito de lubina, salmón marinado, calamarcitos salteados con cebolla confitada, y rabo de buey. De postre trufas y torrija.
Con pan de coca, 2 copas de vino y 2 aguas nos costó 45€ por persona. No es barato pero vale la pena probarlo porque la comida es muy original.
Tienen un menú de 30€ con varios platos de calidad para escoger.
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